¿Tienes una relación estable con tu crema de tratamiento? ¿O eres más de affaires cosméticos? En el post de hoy hablamos sobre si es recomendable utilizar siempre la misma crema o debemos cambiarla frecuentemente. ¡Sigue leyendo y te damos todos los detalles!
Cambiar constantemente de crema, ¿recomendable o no?
Seguro que en más de una ocasión alguien te ha dicho eso de que cada 2 ó 3 meses debemos cambiar nuestra crema de tratamiento porque de lo contrario nuestra piel se acostumbra y la crema deja de hacer efecto. Pero, ¿qué hay de cierto en esta afirmación?
Con lo que cuesta encontrar una crema que cubra nuestras necesidades, cuando por fin la encontramos, debemos cambiarla para que no nos deje de hacer efecto. No tiene demasiado sentido ¿no? Porque la mejor manera de que algo deje de hacer efecto es dejarlo de usar ¿no crees?…
La verdad es que no es necesario cambiar constantemente de crema, sobre todo si hemos encontrado una que nos aporta todo lo que necesita nuestra piel y con la que nos sentimos cómodos. Además, si tenemos en cuenta que muchos de los activos cosméticos actúan por acumulación, si cambiamos de crema antes de darle la oportunidad de cumplir su acción cosmética, estamos perdiendo parte de los beneficios del producto. Si utilizamos un cosmético un periodo corto de tiempo, probablemente no le habremos dado la oportunidad de hacer realidad todo lo que promete y esto nos llevará a emitir un veredicto equivocado sobre la efectividad del producto.
No existen las verdades absolutas
Así como antes te decíamos el porqué no debemos cambiar de producto constantemente, también debes tener en cuenta que no es recomendable hacerte fan incondicional de una crema y utilizarla hasta el fin de los días. ¿Por qué? Pues básicamente porque las necesidades de la piel no son las mismas a medida que pasan los años. Es más, en muchos casos, estas necesidades van unidas a los cambios estacionales e incluso a los estados emocionales, haciendo necesario un cambio de rutina cosmética en función del momento del año en el que nos encontremos o simplemente en función de cómo se encuentre nuestra piel.
Piensa que tu piel no necesita lo mismo a los 30 que a los 40, así que probablemente la crema que a los 30 te iba genial, probablemente a los 40 no sea suficiente. Por no hablar de las innovaciones cosméticas que se suceden a velocidad de vértigo y que cada vez ofrecen mayor efectividad en un tiempo record.
La industria cosmética, como la de la moda, está sujeta a modas y a los cambios en los gustos del consumidor y aunque esto no signifique que debas apuntarte a todos los nuevos cosméticos que salen al mercado, si te mantienes al día, te podrás beneficiar de los ingredientes activos más novedosos.
Entonces, ¿qué debo hacer?
Como has podido comprobar no existe una respuesta absoluta a esta pregunta, de manera que la opción más inteligente es escuchar a tu piel y dejarte aconsejar por una buena profesional que sepa cual es el producto más adecuado en cada momento.
Dale un margen de confianza a tu crema, aunque esto no signifique que debas seguir utilizándola si ves que no te va bien. Como casi todo en la vida, las cosas no son blancas o negras, si no que hay mil matices. ¡Nos vemos en el siguiente post!